La jornada del perdón es una traducción que hice hace algún tiempo de un artículo que apareció en la página web de Tom Carpenter (autor de "diálogos sobre el despertar" y "the miracle of real forgiveness), que encuentro sumamente útil e inspirador leer de vez en cuando. Esa es básicamente la razón por la que lo pongo a disposición de quienes estén interesados...
La Jornada del Perdón
El perdón es una experiencia de aprendizaje progresiva. Una vez que la jornada ha comenzado, entras en un proceso que inevitablemente traerá a tu conciencia la verdad de quien eres. En general aparenta haber un gran número de “razones” que nos lleven a comenzar el proceso del perdón, pero independientemente de cuáles aparenten ser esas razones, es en realidad una respuesta de un conocimiento innato acerca de la existencia de un Ser pacífico y amoroso, que hemos pasado por alto.
La jornada del perdón puede tomar formas y nombres diferentes, pero todos son necesarios para liberarnos de nuestra falsa percepción de la culpa ---la causa de todo nuestro dolor, sufrimiento, ira y odio. Una vez comenzada la jornada, la libertad que encontraremos al soltar nuestros juicios abre nuestra mente al descubrimiento de un ser y de un mundo que no podíamos haber previamente concebido. La experiencia de paz y felicidad al quedar expuesto el amoroso Ser que ante anhelábamos encontrar.
Tres niveles de consciencia
El perdón es una jornada que progresa a través de tres niveles de consciencia. El tiempo que conlleva aparenta variar debido al uso que el ego hace del tiempo, pero el resultado, que es inevitable, espera únicamente por nuestra aceptación. La claridad de nuestro deseo de estar libres es lo que caracteriza la naturaleza de nuestra experiencia de estas tres etapas. Cada etapa es necesaria porque disminuye nuestra resistencia a la siguiente.
1. El propósito que tradicionalmente se acepta del perdón es el intento de no mirar lo que alguien nos ha hecho. El perdón se intenta independientemente de que tan “merecida” aparente ser la culpa. El comportamiento inaceptable es frecuentemente excusado ya que “ellos están haciendo lo mejor que pueden” Esto inevitablemente resulta en una elevación a un status moral “superior” lo que impide que una verdadera unión tome lugar. Ya que el tema de la realidad del pecado y de la culpa no ha sido tratado, nuestra creencia en ellos no puede haber cambiado aquí de manera fundamental. Sin embargo, algo ha cambiado en nuestra consciencia. Hicimos contacto con un lugar amoroso dentro de nosotros el cual ya no estará nunca más satisfecho con odiar ni juzgar de la manera en la que se hacía hasta ahora.
2. A medida que aprendemos que son nuestros pensamientos los que fabrican nuestro mundo y que tomamos responsabilidad por la creación de nuestra propia experiencia, comenzamos a ver que nuestros juicios hacia otros no tienen ningún significado. Es aquí cuando descubrimos que únicamente nos hemos juzgado a nosotros mismos y que hemos tratado de hacer que otros sean culpables en nuestro lugar. Ahora se cambia el propósito del perdón. Ahora podemos empezar a mirar al porqué nuestros pensamientos están cargados de culpa. El perdón ahora se vuelve auto-dirigido. Las defensas contra un hermano “culpable” ya no son necesarias. Este es el comienzo del verdadero perdón. El verdadero perdón es ahora posible siempre que cuidemos de no dejarlo en las manos de nuestro ego o ser separado que no sabe como perdonar. Debemos de rendirnos a nuestro Guía interno, la Presencia de nuestro Ser Creado por Dios, el Cual está en un estado perpetuo de perdón al ver todo desde la perspectiva de Su Completitud. El perdón es el medio mediante el cual se realiza la jornada de nuestra identidad falsa separada a nuestro Ser Real.
3. Dándonos cuenta de que son nuestros falsos pensamientos los que fabrican el mundo, su realidad ahora puede ser cambiada. Ahora disponemos de una base para darnos cuenta de que el mundo no tiene más realidad que la de un sueño. Ahora sabemos que nada “real” sucede aquí. Ahora entendemos que la culpa era autoimpuesta y que nos habíamos perdido en un ciclo de ataque y defensa. Ahora vemos que no hay nada real para juzgar ---nada para perdonar. Las figuras y las aventuras que ellas tienen no tienen ningún significado fuera de la historia que narran. Esta realización es la libertad del perdón “real”.
Al principio es casi imposible entender que lo que juzgamos es únicamente una idea que sucede en una historia que no tiene mayor realidad que nuestro sueño nocturno. De igual manera parece prácticamente imposible que si no nos juzgamos a nosotros mismos nadie más nos juzgará tampoco. Este entendimiento no significa nada para quienes están afanados en sobrevivir en lo que aparenta ser un mundo en el que no tienen aún ningún control. Tomar responsabilidad por su hambre y su miseria, perdonando al que aparenta perseguirlos ya que el mundo no es real y ellos no son un cuerpo, es algo peor que un sin sentido. Es la negación de todo lo que el mundo actualmente significa para ellos. Antes de ser llevados a buscar respuestas que trasciendan su percepción, ellos tienen que experimentar la liberación que el primer nivel de perdón les ofrece.
Una vez dicho esto, Es cierto también que cada elección de perdón hecha por cualquiera, acerca a cada uno de nosotros a la consciencia de eso. El cambio está ocurriendo en cada “nivel” de nuestra consciencia. Lo que se requiere para alcanzar cada uno de esos niveles y la forma óptima en la cual se logrará dicho logro es algo que se encuentra más allá de nuestra capacidad de comprensión, y todavía más allá de nuestra capacidad de realizar.
Esa es la función de la Voz de la Verdad y son la razón y el propósito del que exista en nuestra Mente Una. Es de mucha ayuda sin embargo, conocer nuestro papel y confiar de que hay otros en cada nivel haciendo lo mismo ---tanto de manera consciente como inconsciente. Los cambios en nuestro mundo vendrán en muchas formas y frecuentemente de lugares inesperados. Muchos no serán reconocidos por lo que son. Pero todos contribuirán a “deshacer” nuestra necesidad de hallar falta en otros para poder esconder nuestra culpa. Encontraremos muchas razones para trabajar juntos Lo cual eventualmente nos hará recordar nuestra Unicidad. Muchos serán coordinados en maneras que podrían no reconocer por lo que son, pero que sanarán nuestro miedo de la unión en cada forma y nivel que exista.
El perdón real retira los juicios que hemos hecho sobre otros. A medida que abandonamos las razones que empleamos para juzgarlos, nuestros auto-juicios son a la vez abandonados. Es muy fácil descorazonarse cuando pensamos que somos nosotros quienes estamos a cargo de este proceso pero que no sabemos como llevarlo a cabo. Es a su vez muy tentador el querer “educar” a todos los demás, pensando que ellos necesitan aprender lo que hemos aprendido y en la manera en la que lo hemos aprendido. Mientras más rápido pasemos por estos obstáculos más placentera será nuestra jornada.
Existe algo que si podemos hacer que satisfará nuestra necesidad de ayudar a la vez que será de verdadera ayuda. Podemos reconocer la única cosa que tenemos todos en común en nuestra historia en el mundo. Podemos reconocer que todos ---al igual que nosotros--- comparten el deseo de ser amados y la necesidad de conocerse a si mismos como capaces de amar.