...Podrás reconocer el resultado [la
verdad] porque estarás en paz. Esta manera de mirar [la del
Espíritu] es opuesta a la del ego, ya que el ego cree que la
situación es la que ocasiona la experiencia.
Si experimento paz ---de acuerdo con el
ego--- es debido a que el desenlace de la situación ha sido de una
cierta forma. Si experimento felicidad, dicha, amor o cualquier otra
emoción es porque la situación ha resultado de una manera en
particular. Desde este punto de vista, siempre somos las víctimas de
lo que hacen los demás. Estamos a merced de fuerzas más allá de
nuestro control, tal y como en Curso nos dice (T-19.IV-D.7:4).
Estamos siendo afectados por el sueño: el sueño nos está soñando,
en lugar de ser nosotros ---lo cual es siempre la verdad--- los que
estamos soñando el sueño.
Por consiguiente, todo en este mundo
cobra sentido si lo ves como una manera de darte cuenta de que has
proyectado en el mundo tu culpabilidad inconsciente. Ahora el mundo
te la muestra, y puedes entonces mirarla y decir: “No, no se
encuentra ahí afuera, se encuentra en mi.” Esto hace que la
situación sea muy significativa. Lo que hace que la situación no
tenga significado es pensar que existe algo ahí afuera que queremos
---o que existe algo ahí afuera. Punto. Tu eres quien eliges
identificarte con el ego (lo cual hace que nada en tu vida tenga
significado) o con Jesús (o el Espíritu Santo) como tu maestro; lo
cual hace que todo en tu vida cobre un completo significado. Es mi
universo, mi sueño. Y este universo puede ser cualquier cosa que yo
elijo que sea. Es únicamente mi responsabilidad lo que se hace en mi
sueño. No hay nadie que pueda tomar esa responsabilidad en mi lugar.
~ Ken Wapnick, Extracto de “Rules for
Decision, Rule 2, Part X”