Querido José: Sé que el camino es
individualizado y personalizado...me queda muy claro....sin embargo
de vez en cuando escuchar alguna referencia externa ayuda a
comprender algo que viene a completar una idea....José...estoy
atorada y perdone si me atrevo a preguntar de nuevo a usted datos que
no puedo encarnar en la práctica, puedo??
José me podría aclarar como se pone
en práctica el hacerse a un lado en el momento del perdón? por
favor regaleme un ejemplo de como usted lo practica...la diferencia
entre hacerlo por mi cuenta o el ego espiritualizado y la petición
de ayuda.
Cuando me viene algo para perdonar
porque siento que pierdo la paz...comienzo a recordar los temas con
los que está relacionado la aparente forma a perdonar, pero eso es
muy cansado, es normal traer a cada momento a la mente o la memoria
que lección hay que utilizar para cada evento??? por ejemplo: aquí
tengo que perdonar una falsa empatía . o como me hago a un lado para
el perdón y como relaciono el contenido del curso con lo que tengo
que perdonar. o solo pido ayuda para mi malestar sin tener que
recordar el contenido del curso? y solo se irá integrando lo que leo
de las lecciones...por favor
Disculpe mi atrevimiento, pero le
recordé a usted y quise pedirle ayuda...como siempre aún cuando no le conozco,
me inspira mucha confianza...
mil gracias por todo
Respuesta: Poco a poco el curso se va integrando.
Entonces no te resulta un esfuerzo y surge de manera natural, como un
hábito, el hacerte a un lado, el pedir un milagro. Mientras tanto,
no te culpes ni creas que lo estás haciendo mal ya que se trata de
un proceso de perdonar, de soltar nuestras resistencias y nuestro
miedo (por muy increíble que ahora pudiera parecer) a recibir la
Respuesta, la verdadera sanación. Así que mientras tanto, hacemos
lo que podemos. Eso ya es perdón. El perdón es más como un músculo
que al ejercitarse y ponerse en práctica una y otra vez crece y se
hace fuerte. Y nunca te olvides que no lo haces tu sola.
El contenido del curso en cada caso es
siempre el mismo y es fácil de recordar: Si no estoy en paz, estoy
en conflicto, producto del miedo en mi mente inconsciente por negar
mi Realidad en Dios y proyectar el malestar que siento en la
situación de mi vida de turno con tal de no recordar de dónde viene
el problema. Así que cuando me veo justificando mi pérdida de paz y
me veo 'incapaz' de soltar los juicios, pensamientos obsesivos,
sufrimiento etc, puedo estar seguro que en el fondo de mi mente lo
que he elegido hacer es pasar el malestar de la culpa de cualquier
forma en la película de mi vida, con los personajes (cuerpos) y
situaciones o con mi propio cuerpo otorgándole poder para
arrebatarme la paz y no tener así que recordar que la mente que soy
es la causante al abrigar pensamientos que me hacen sufrir. Esto es
la meta, los procesos de perdón no tienen otra finalidad que irnos
acercando poco a poco a esta realización.
Dije que el curso es fácil y simple en
su mensaje pero muy difícil en su aplicación, ya que hay una
resistencia enorme a soltar los pensamientos de ataque/creencias que
son el oxígeno del sistema de pensamiento del ego. Poco a poco,
gentilmente ok?
Entremos en un caso concreto: Alguien
me trata injustamente y me veo reaccionando, comentando con mis
amistades (buscando aliados en el ego) que me 'demuestren' que yo tengo
razón y que esa otra persona tiene la culpa de cómo me siento.
Cuando finalmente me doy cuenta de lo que estoy haciendo (y aquí
comienza tu mente a distinguir entre el E.S. y el ego, ya que el ego
no se daría cuenta de que hay una manera mejor) puedo ver que he
estado intentando reforzar en mi la creencia de que estoy separado de
esa persona y que ella es la causa de mi malestar.
Un par de lecciones acuden a mi ayuda. No estoy enfadado por la razón que creo y no soy victima del mundo que veo. Pero no puedo negar que yo siento exactamente lo contrario ya que eso me dice cómo está realmente pensando mi mente inconsciente y a qué maestro está escuchando (ego o E.S.) Si me permito sentir y ver mis pensamientos, resentimientos etc. como si fuese un espectador de mi propia película (pedirle ayuda a Jesús para ver a mi ego sin juzgarlo), puedo entonces ver claramente que no me gusta como me estoy sintiendo debido a lo que pienso y no tanto debido a lo que pasa. Es revertir la proyección, el primer paso del perdón. Iremos en esos pasos tan lejos como nuestro miedo nos lo permita y en general suele ser una labor de por vida, no te desesperes y pienses que tienes que pillarlo a la primera, pero notarás que las recompensas de paz y de saber que no estás sola y desamparada hacen que valga la pena poner en duda nuestra 'realidad' tal y como la ve el ego. Luego recuerdo otra lección que me sugiere que podría ver paz en lugar de lo que ahora veo... y como no me gusta lo que veo, pido ayuda para ver paz. Elijo paz y decido permitir que el perdón tenga lugar. Y así voy uniéndome al E.S en lo que el curso llama instantes santos, practicándolos y entendiendo cada vez más profundamente que ver a mi hermano culpable (desde la mente inconsciente) no ha resultado en la alegría y liberación de culpa y malestar que mi ego me había prometido. Pido ayuda para ver a mi hermano inocente y agradezco de antemano que el me recuerde, de manos del E.S, que nunca hemos dejado de ser Inocentes. Una oración que ayuda a traer la mente de vuelta a la decisión de perdonar la encuentras en la pag 427 del texto (T-18.V.7:3-6). Este ejemplo tiene muchos intentos de hacerte a un lado y recaer... pero no importa que por miedo no te puedas mantener constantemente del lado del E.S. Lo que sí importa es que cuando te pilles en el ego, lo celebres porque es otra oportunidad de unión con el E.S y en cada instante santo se deshace poco a poco la creencia en la culpa, la verdadera causa de nuestro sufrimiento.
Un par de lecciones acuden a mi ayuda. No estoy enfadado por la razón que creo y no soy victima del mundo que veo. Pero no puedo negar que yo siento exactamente lo contrario ya que eso me dice cómo está realmente pensando mi mente inconsciente y a qué maestro está escuchando (ego o E.S.) Si me permito sentir y ver mis pensamientos, resentimientos etc. como si fuese un espectador de mi propia película (pedirle ayuda a Jesús para ver a mi ego sin juzgarlo), puedo entonces ver claramente que no me gusta como me estoy sintiendo debido a lo que pienso y no tanto debido a lo que pasa. Es revertir la proyección, el primer paso del perdón. Iremos en esos pasos tan lejos como nuestro miedo nos lo permita y en general suele ser una labor de por vida, no te desesperes y pienses que tienes que pillarlo a la primera, pero notarás que las recompensas de paz y de saber que no estás sola y desamparada hacen que valga la pena poner en duda nuestra 'realidad' tal y como la ve el ego. Luego recuerdo otra lección que me sugiere que podría ver paz en lugar de lo que ahora veo... y como no me gusta lo que veo, pido ayuda para ver paz. Elijo paz y decido permitir que el perdón tenga lugar. Y así voy uniéndome al E.S en lo que el curso llama instantes santos, practicándolos y entendiendo cada vez más profundamente que ver a mi hermano culpable (desde la mente inconsciente) no ha resultado en la alegría y liberación de culpa y malestar que mi ego me había prometido. Pido ayuda para ver a mi hermano inocente y agradezco de antemano que el me recuerde, de manos del E.S, que nunca hemos dejado de ser Inocentes. Una oración que ayuda a traer la mente de vuelta a la decisión de perdonar la encuentras en la pag 427 del texto (T-18.V.7:3-6). Este ejemplo tiene muchos intentos de hacerte a un lado y recaer... pero no importa que por miedo no te puedas mantener constantemente del lado del E.S. Lo que sí importa es que cuando te pilles en el ego, lo celebres porque es otra oportunidad de unión con el E.S y en cada instante santo se deshace poco a poco la creencia en la culpa, la verdadera causa de nuestro sufrimiento.
Las trampas del ego espiritual no son
gran cosa para el E.S ya que no hay grados de dificultad en los
milagros, es inevitable que todos caigamos alguna que otra vez en
ellas, cuando te des cuenta perdonate por ello, y ríete de esa
actitud tan tonta de pretender resolver por Jesús el problema que
nuestra inconsciencia ha causado. Dejémosle a él retomar las
riendas de maestro. Y ya está. Andar por ahí pensando que no
tendremos ego espiritual es como ir por la vida sonriendo a la fuerza
para evitar enfadarnos. No funciona. No se trata de hacer de esta
identidad corporal una mejor identidad o un santurrón sino de
aprender a perdonar los desvaríos de la mente que, usando a esta
identidad en cuerpo, el E.S nos muestra y nos alienta a entregarle.
Con respecto a la falsa empatia podría
serte de utilidad lo que aparece en los comienzos del capítulo 12.
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