Preguntas: Llevo mas de un año intentando quedarme embarazada. Actualmente
estamos en proceso de reproducción artificial realizando inseminaciones y
me resulta muy complicado dejar a un lado mis pensamientos sobre el
tema y tener fe. Mi mente se debate entre dos ideas: una intentar pensar éste como uno de mis propósitos y visualizarlo cada día y siempre que
mis fuerzas flojeen o por otro lado dejar mis visualizaciones a un lado y
pedírselo al Espíritu Santo, aunque quizá esto no sea lo más correcto
porque como dice el curso de milagros yo no se que es lo que más me
conviene. Solo se, y lo he analizado mucho que tener un bebe es algo que
deseo con todas mi fuerzas y me gustaría saber si eso es un error o
como trata el curso de milagros el tema de la fecundidad y el embarazo.
La
segunda pregunta es: En ocasiones he sentido miedo al leer el curso
porque parece darme a entender que cuando alcance mi verdadera sanación
mi cuerpo no será necesario para nada y por tanto el mundo que veo
desaparecerá. Esto me preocupa ya que en este mundo que veo lo comparto
con la gente a la que amo y en parte no quiero alejarme de él. Me puedes
ayudar a comprender esto?
Respuesta: Con respecto a la primera pregunta, no hay nada
"malo" ni "bueno" en desear tener o no tener un bebé. Es lo que nuestros deseos en el mundo pretenden ocultar de nuestra conciencia lo que constituye el problema. Cuando el Curso
nos dice que no sabemos lo que más nos conviene, es debido a que éste
mundo y nuestras experiencias de vida aquí han estado diseñadas (por
nosotros mismos como mente una, no como cuerpos separados o "mentes"
dentro de cerebros) para ocultar de nosotros el hecho que somos una
mente eligiendo creer que puede atacarse a sí misma y, por consiguiente,
vivir una separación, un "especialismo" una autonomía, una
individualidad de la Fuente. Para poder tener ésa experiencia se vale de los cuerpos y del mundo.
Hemos perdido de vista que estamos
continuamente eligiendo en favor de este ataque, pero lo que si tenemos
frente a nuestros ojos ahora es toda una vida desplegada entre individuos
igualmente separados y, de ninguna manera, es ahora evidente que somos todos el
mismo Ser.
Ese ha sido el propósito de esta fabricación del mundo y de
los cuerpos, ocultarnos nuestro deseo de estar separados y de que somos
una mente que lo está eligiendo experimentar.
Nuestras preferencias y deseos cumplidos parecen ahora salvarnos y la ausencia de su cumplimiento parecen
hacernos sufrir y condenarnos (podrías leer la lección 71 "Sólo el plan de Dios para
la Salvación tendrá éxito). Sin embargo, todo eso ocurre en nuestra
mente (la mente que todos somos/compartimos) como efecto del enorme e
inaguantable malestar (el Curso lo llama culpa) el cual albergamos como efecto de nuestra elección errónea y, para
"defendernos" de ello, en lugar de aceptar la respuesta de la Cordura (el
E.S.), la mente lo vive como experiencias asociadas en el mundo y los
cuerpos (lo proyecta). Es necesario no dejar la metafísica del Curso
olvidada para que el perdón cobre sentido.
Por lo tanto, en cada situación tenemos solamente dos propósitos:
1)
Reforzar la creencia de que la separación ha sido posible y que las
estrategias del ego y los aciertos en el mundo eliminarán el desasosiego
que dicha elección inconsciente y sostenida siempre produce.
2)
Permitir que la Cordura dulcemente nos recuerde a través de nuestras
experiencias que nada ha sucedido, que seguimos siendo tal como Dios nos
creó y que el albergar (el deseo enfermizo e inconsciente de tener)
culpa es no sólo doloroso, sino algo tonto, porque el Hijo de Dios jamás
dejará de ser efecto de Su Padre.
¿Cómo permitir
entonces que la Cordura nos ayude a tomar una mejor decisión, ya que
dicha decisión tiene que ser tomada desde la mente que somos pero que
aún tenemos un enorme miedo a reconocer que ésa es nuestra Identidad?
El
Curso no te diría que luches contra tu deseo de tener un bebé porque
está mal, ni tampoco que lo persigas a toda costa porque ahí está tu
salvación. La forma es irrelevante. Es lo que la forma pretende ocultar lo que constituye el problema. No es evidente para nosotros que lo que más nos conviene en esas situaciones "x" NO ES un determinado
desenlace, sino recordar que somos una mente que está eligiendo pensar como un ego para poder entonces elegir mejor.
La Ayuda que nos conviene pedir es para mirar lo que sea que esté sucediendo con la Visión de Cristo, la Cordura, el Espíritu Santo; ya que, al haber proyectado desde la mente que la salvación/el problema se encuentran en el mundo en tales o cuales situaciones, ahora nuestra mente no para de darle vueltas al problema en la forma en la que lo hemos urdido y no en donde está el problema en verdad.
La Ayuda que nos conviene pedir es para mirar lo que sea que esté sucediendo con la Visión de Cristo, la Cordura, el Espíritu Santo; ya que, al haber proyectado desde la mente que la salvación/el problema se encuentran en el mundo en tales o cuales situaciones, ahora nuestra mente no para de darle vueltas al problema en la forma en la que lo hemos urdido y no en donde está el problema en verdad.
Lo que el Curso te diría es que ya que tu
crees que determinado desenlace es la salida, no vayas sola en ese
proceso: Ve de la mano de Jesús, lo cual quiere decir que lo tengas
presente para que te ayude a mirar sin juicios cuando observes tus
pensamientos, miedos y creencias al respecto. Habrá muchas veces en las
que la mentalidad del miedo sea retomada de manera inconsciente y lo
sabrás debido a que sentirás sus efectos en perdida de paz de muchas
maneras asociadas a la situación que vives, en esos momentos, se hace
evidente nuestro deseo/impulso de que las cosas deban de ser distintas
de como son ... en entonces donde podrías recordarte que "no estas perturbada por la razón que
crees" y que "podrías ver paz en esa situación en lugar de lo que ahora ves en ella" (lecciones 5 y 34).... en esto tienes Ayuda. Sé gentil contigo misma (y con tus hermanos) en el
proceso, ya que hay en general mucho miedo a la respuesta.
Con respecto a la segunda pregunta;
Jesús
sabe del miedo que abrigamos por desear el especialismo y nos asegura
que "no seremos abruptamente arrojados a la realidad" poco a poco, la
verdad se recuerda mediante enseñanzas indirectas hasta que entendemos
que la elección por el ego jamás nos brindará felicidad ni será de
manera alguna una alternativa a Dios. Entonces daremos nosotros el
permiso y sí, como dices, Dios mismo dará el último paso y regresaremos
al Cielo de donde NUNCA hemos salido... Toda una paradoja! Sin embargo,
¿no es un pensamiento de miedo pensar que abandonarías a todos los que
quieres aquí cuando lo que en realidad estaremos abandonando serán las
imágenes dolorosas que están ocupando el lugar de nuestros hermanos para
re-conocerlos en alegría dicha y paz como en verdad jamás han dejado de
Ser? Lo único que perderemos serán nuestras ilusiones... nada más. El
miedo es señal de que aún las deseamos. Por eso necesitamos corrección
al nivel (mente) donde se está abrigando ese deseo. Jesús no nos condena
y el Padre jamás ha "cambiado de parecer respecto de Su Hijo",
necesitamos aprender a perdonarnos por ello y entender que "nunca hemos
pedido demasiado sino demasiado poco"
José Vicente Mandé.
José Vicente Mandé.