Pregunta
#1318: Me encuentro confundido. ¿Estoy viviendo en un
holograma que contiene cada posibilidad que mi elección escoja, o me
encuentro viviendo en un guión que está cerrado a cualquier otra
cosa que no sea lo que haya sucedido?
Respuesta:
El tiempo puede considerarse holográfico en el sentido de que no es
lineal. Pero nuestras elecciones, como mentes, están confinadas
únicamente a dos alternativas: El sistema de pensamiento del ego y
el sistema de pensamiento del Espíritu Santo. Esa es la alternativa
que elegimos para el contenido de nuestra mente, y nunca estamos
eligiendo nada más. El tiempo y la forma nos ciegan a este hecho.
Ésta es la razón por la que Jesús nos dice: “Nada es tan cegador
como la percepción de la forma. Pues ver la forma significa que el
entendimiento ha quedado velado” (T.22.III.6:7,8), y el tiempo es
“un truco, un juego de manos, una gigantesca ilusión...”
(W.pI.158.4:1). El tiempo, el mundo, y las aparentes elecciones que
hacemos en el mundo forman todos parte de la estrategia del ego en
mantenernos alejados de la verdad de que nunca hemos abandonado a
Dios. En el instante en que la separación pareció ocurrir, la
corrección de ese error también ocurrió. Esto es lo que Jesús
nos está enseñando cuando nos dice que “ hace mucho que este
mundo desapareció. Los pensamientos que lo originaron ya no se
encuentran en la mente que los concibió y que los amó por un breve
lapso de tiempo” (T.28.I.1:6,7). Bajo este punto de vista, “estamos
viviendo en un guión que está cerrado a cualquier otra cosa que no
sea lo que haya sucedido,” tal y como nos dice el libro de
ejercicios: “El guión ya está escrito... la jornada sólo se
puede ver desde el punto donde termina, desde donde la podemos ver en
retrospectiva, imaginarnos que la emprendemos otra vez y repasar
mentalmente lo ocurrido” (W.pI.158.4:3,5; ver también
W.pI.169.8:3). No obstante, nuestros guiones son importantes porque
ellos nos proveen con el aula de clases en la cual nuestro Maestro
nos podrá ayudar a darnos cuenta de que estamos simplemente soñando
de que nos encontramos separados entre nosotros y de Dios. "El milagro
establece que estás teniendo un sueño y que su contenido no es
real” (T.28.II.7:1).
Podríamos
continuar con todo esto unas cuantas páginas más, pero las
limitaciones de espacio no nos lo permiten. Esperemos que este breve
resumen pueda servirte de ayuda para eliminar tu confusión. Un
obstáculo de suma importancia a la hora de alcanzar una completa
claridad lo encontramos en nuestro marco de referencia
lingüista/conceptual al ser en sí mismo una defensa contra la
verdad, tal y como el siguiente pasaje -al igual que muchos otros-
nos dice: “El tiempo, no obstante, no es más que otra fase de lo
que no hace nada. Colabora estrechamente con todos los demás
atributos con los que intentas mantener oculta la verdad acerca de ti
mismo” (T.28.I.6:1,2). No tenemos por lo tanto ningún punto de
referencia hasta que no cobremos consciencia de ser mentes tomadoras
de decisiones y nos podamos dar cuenta de que no necesitamos
defensas. Afortunadamente, ésta es la clase de ayuda con la que
Jesús nos provee en su curso. A continuación hemos listado algunos
otros párrafos concernientes a tu pregunta y también recomendamos
la obra de Ken Wapnick “A Vast Illusion: Time According to A
Course in Miracles” en la cual Ken hace un estudio detallado del
tiempo según las enseñanzas de Un Curso de Milagros.
“Cada
día, y cada minuto de cada día, y en cada instante de cada minuto,
no haces sino revivir ese instante en el que la hora del terror ocupó
el lugar del amor” (T.26.V.13:1).
“Cada
día, cada hora y cada minuto, e incluso cada segundo, estás
decidiendo entre la crucifixión y la resurrección; entre el ego y
es Espíritu Santo. El ego es la elección en favor de la
culpabilidad; el Espíritu Santo, la elección en favor de la
inocencia. De lo único que dispones es del poder de decisión.
Aquello entre lo que puedes elegir ya se ha fijado porque aparte de
la verdad y de la ilusión no hay ninguna otra alternativa”
(T.14.III.4:1,2,3,4).
“...mientras
el tiempo perdure en tu mente te verás obligado a elegir. El tiempo
en sí es algo que tú elegiste. Si quieres recordar la eternidad,
debes contemplar sólo lo eterno. Si permites que lo temporal te
preocupe, estarás viviendo en el tiempo. Como siempre, tu elección
estará determinada por lo que valores. El tiempo y la eternidad no
pueden ser ambos reales porque se contradicen entre sí. Sólo con
que aceptes lo intemporal como lo único que es real, empezarás a
entender lo que es la eternidad y a hacerla tuya”
(T.10.V.14:3,4,5,6,7,8,9).
“El
tiempo parece ir en una dirección, pero cuando llegues a su final,
se enrollará hacia el pasado como una gran alfombra extendida detrás
de ti, y desaparecerá. Minetras sigas creyendo que el Hijo de Dios
es culpable seguirás caminando a lo largo de esa alfombra, creyendo
que conduce a la muerte” (T.13.I.3:5,6).
“El
pasado, el presente y el futuro no son estados continuos a no ser que
impongas continuidad en ellos... Quieres destruir la continuidad del
tiempo dividiéndolo en pasado, presente y futuro para tus propios
fines” (T.13.VI.4:2,6).
“El
tiempo tan solo duró un instante en tu mente, y no afectó a la
eternidad en absoluto. Y así es con todo el tiempo que ha pasado; y
todo permanece exactamente como era antes de que se construyese el
camino que no lleva a ninguna parte. El brevísimo lapso de tiempo en
el que se cometió el primer error -en el que todos los demás
errores están contenidos- encerraba también la Corrección de ese
primer error y de todos los demás que partieron de él" (T.26.V.3:3,4,5).
Traducción: José Vicente Mandé