lunes, 10 de marzo de 2014

...Sobre la Espiritualidad, la Cuestión del Pago y Otros Abusos.

No puedes pagar por algo que sólo depende de ti. Tampoco por algo que ya se te ha concedido. No es ético, ni mucho menos sanador, que te cobren por nada de eso. Si lo hacen, sencillamente te están estafando.

Y, sin embargo, vemos que hoy día, charlas, seminarios, terapias, talleres y grupos de encuentro (incluyendo algunos míos) son en su gran mayoría de pago. ¿Qué está sucediendo entonces ?


Para poder entender la diferencia que existe entre la espiritualidad y el trabajo realizado acerca de  una enseñanza espiritual, es muy aclaratorio considerar el siguiente  ejemplo:

La cuenta que te presentan al terminar de comer en un restaurante contempla el coste de la materia prima, local, trabajo en la cocina, servicio en mesa etc. y, por supuesto, se añade la ganancia del establecimiento por haber convertido la materia prima en la comida tal y como te la presentan en la mesa. Lo que jamás puede incluir esa factura es el coste por masticar la comida ni tampoco el de hacer la digestión. Sería absurdo que te cobraran por eso, pues masticar depende solamente de ti y la capacidad de digerir la comida ya te ha sido dada.

Por mucho que te sientes en la mesa del mejor restaurante, si no comes y no haces la digestión, de nada te servirá. Tampoco tienes porqué ir a restaurantes, puedes cocinar en casa, ya que, al fin y al cabo, todos tenemos por igual la misma capacidad de acceder a mirar dentro de nosotros mismos, de meditar,  de orar y de pedir respuestas.

Lo que de verdad importará es que "mastiques" (que apliques las enseñanzas a cada aspecto de tu vida mientras te vas dando cuenta, lo mejor que puedas) y que permitas la "digestión" para que pueda esta enseñanza integrarse en ti. De lo contrario, sin el "masticar y digerir" solo habrá una sensación temporal de mejoría y nunca una verdadera transformación.

La espiritualidad es la nutrición que resulta de tu disposición de masticar y de permitir que la digestión tenga lugar sin interrupciones. ¿Quién puede pretender cobrar por eso? Así mismo, ¿Quién, en un mundo donde se han de pagar facturas, no tendrá que cobrar por el tiempo dedicado a la actividad que desempeñe? No siempre se puede hacer todo de manera altruista, ni tampoco siempre se debe. Sin embargo, no es de ayuda para el facilitador/terapeuta ser inflexible en los casos en los que la gente no pueda pagar.

Tal y como nos enseña Jesús en el manual de Psicoterapia, "Incluso un terapeuta avanzado tiene algunas necesidades terrenales mientras esté aquí...no debe ser el terapeuta el que tome ésta decisión [quién puede pagar y quién no]... Hay una regla general que siempre debe observarse: no se debe rechazar a nadie porque no pueda pagar" (P.3.III)

Como siempre, es un aprendizaje tanto por parte del terapeuta/facilitador como por parte de la persona que acude a él. Si no olvidamos eso y recordamos el verdadero sentido de cada encuentro, evitaremos perder la perspectiva acerca de lo que si es importante.

Tanto como por la cuestión del cobro como por otras cosas que sientas abusivas y/o dañinas para ti, el consejo que puedo darte es... escucha a tu "digestión." No pierdas de vista jamás que el verdadero Maestro está dentro de todos nosotros por igual y que lo único por lo que tienes que pagar es por un servicio. Tu decides si es bueno y razonable para ti. No te olvides que "La salvación no te cuesta nada" UCDM.

Los maestros zen solían decir sabiamente que "eran vendedores de agua junto al río."

José Vicente Mandé.