Independentismo...
Lo verdaderamente revelador no es qué bando tiene la razón, o más parte de la razón, sino observarte siendo impulsado por resortes invisibles a tomar partido por algún bando (incluyendo el bando "yo no tomo partido por nadie aquí porque esto no es real").
Ver, como por arte de magia y sin aparente invitación, surgen juicios, "hechos" sacados de tu almacén de memoria que refuerzan tu postura y arrojan el malestar que pueda surgir en ti en el comportamiento/opiniones de los otros.
¿Y tú dices que eres libre?
Puedes observar que todos estamos apostando y deseando ganar en este macabro juego si, por un momento, quitas la vista de lo externo.
Permítete observar tu odio y darte cuenta de su magnitud (como nos dijo Jesús en UCDM) cada vez que pierdes la paz apoyando a tu bando. Esa es la manera de transitar el mundo de "la única manera que me vaya bien es que se cumplan mis preferencias" porque, no reforzando tu odio y entregando al Espíritu tus ideas de dónde proviene, se vislumbra con claridad una ventana que siempre ha estado ahí, el poder de elegir paz sobre conflicto.
No importa qué bando apoyes ni que parte del guión ya escrito se manifieste, siempre que relativices la situación y recuerdes que no hay nada tan importante como para elegir perder tu paz por ello.
"Gane" el bando que "gane", recuerda que es sólo otro intento más de Sísifo de sacar la piedra del abismo.
Aprendamos a contemplarla con los ojos de la cordura y seremos finalmente independientes de nuestro deseo de elegir al ego.
