martes, 5 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: El odio secreto de la gente buena

Pregunta#55 a: Puedes ayudarme a entender porqué debemos secretamente odiar a quienes poseen cualidades positivas que no nosotros no poseemos, tales como ser muy espiritual, no egoísta, amable, etc.?

Respuesta: El ego nos diría esto, basado en su "ley" que "posees aquello de lo que te apropias" (T.23.II.9). Esta "ley" descansa en la creencia fundamental del ego de la separación y las diferencias. Las diferencias son reales e importantes y necesitan ser evaluadas (la jerarquía de ilusiones del ego). El origen de esto ---oculto en nuestra mente--- es nuestra creencia de que llegamos a ser quienes somos robándole nuestra existencia a Dios. El no nos concedió la existencia especial e individual que deseamos, así que se la arrebatamos y Le dejamos atrás, aparentemente destruido y "fuera del escenario." Para justificar este robo tenemos que proyectar la responsabilidad de ello y declarar que Dios ha retenido lo que por derecho nos pertenece. Este es el punto de vista mitológico que provee el Curso acerca del origen de nuestra existencia. Hay muchas dinámicas más al igual que niveles en esta historia, obviamente, pero éste es el aspecto que es relevante en la pregunta.

Esta creencia central acerca de nosotros mismos es el lente a través del cual nos percibimos unos a otros. Por lo tanto, cuando percibimos a otros con cualidades de las que nosotros carecemos y que desearíamos tener, debemos de manera automática ---aunque inconsciente--- asumir que esas cualidades originalmente nos pertenecían y nos fueron robadas. Nuevamente, esto proviene de la muy enterrada creencia de que le arrebatamos a Dios eso que en derecho nos pertenece, una alteración de lo que creemos realmente, lo cual no es sino que le dimos "muerte" brutalmente a Dios para así poder existir de la manera que queríamos y no como El nos creó. Este es el sistema de pensamiento del ego. El otro aspecto de esto es que no importa si simplemente pensamos que admiramos cualidades ajenas, estamos secretamente manteniendo el sistema de pensamiento del ego de la separación.

Jesús corrige estas creencias equivocadas ayudándonos a mirar a nuestra necesidad de ver a otros diferente de cómo somos, independientemente de que sea de forma positiva o negativa. Cuando podamos ver de dónde proviene esta necesidad y podamos evaluarla simplemente como nada salvo una "pequeña y alocada idea" merecedora únicamente de una sonrisa gentil, estaremos entonces listos para poder cambiar nuestra percepción a la manera cómo Jesús nos percibe. Habremos aprendido a vernos unos a otros como que compartimos un interés en común, tanto en nuestras mentes erradas ---motivado por el miedo--- y en nuestras mentes rectas ---motivados por nuestra voluntad a unirnos con Jesús y deshacer nuestra creencia en la separación. Las diferencias que percibimos tendrán entonces menos y menos significado para nosotros y estaremos más inclinados a ver lo que nos hace a todos ser lo mismo. Sin embargo, nuestra resistencia a esto es mucho mayor de lo que ahora nos damos cuenta. El mundo incurablemente atesora que "las diferencias si hacen la diferencia," así que esta invitación de cambiar la manera en la que percibimos será confrontada con una feroz resistencia.

En última instancia, lo que todo esto significa es que jamás podrás verdaderamente amar a alguien a quien percibas que es diferente de ti. Esto merece mucha reflexión. Un ejemplo primordial de ello ---de particular relevancia para los estudiantes del Curso--- es Jesús. Como ya sabemos, la Biblia lo categoriza como el "Hijo único de Dios," el puro e inocente que tuvo que ser sacrificado por nuestros pecados. De esta forma, por miles de años Jesús ha sido retratado de una manera ontológicamente cualitativa distinta de nosotros. Es muy difícil sentirse realmente cercano a alguien que se encuentra mucho más allá de lo que jamás podremos estar y que encima fue asesinado por nuestros pecados.

Jesús elabora acerca de esto de muchas formas en el Curso, básicamente nos implora que la imagen que normalmente tenemos de él solo puede provenir de la obsesión del ego con la separación, culpa y sacrificio. Es simplemente no amorosa. Esta es una de las mayores correcciones que Jesús presenta en su Curso. El dice que es diferente, pero solo temporalmente y que, "caminar con él es tan natural como caminar con un hermano que conoces desde que naciste, ya que así es como de hecho él es." (C.5.5:6). Jesús quiere que veamos que somos lo mismo, el ego quiere hacernos ver nuestras diferencias.
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