miércoles, 6 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: La relación que ha sanado

Pregunta#641: Por favor, puedes explicar “La Relación que ha Sanado” y las secciones subsiguientes en Un Curso de Milagros. Esta sección afirma que cuando le entregamos una relación al Espíritu Santo es el punto en el que “muchas relaciones se rompen, reanudándose la búsqueda del viejo objetivo en otra relación” (T.17.V.3:8). Sin embargo, continúa diciendo que tenemos que tener fe en nuestro hermano y que en algún momento tendremos paz dentro de esa relación. Yo encuentro bastante confusas esas secciones, en particular cuando la relación ya se ha roto. ¿Cuánto tiempo tendremos que esperar para estar en paz en la relación si es que decidimos quedarnos en ella? 

Respuesta: Entregarle una relación al Espíritu Santo significa que decides conscientemente pedir ayuda en usar esa relación para deshacer los pensamientos de separación en tu mente. Entras en contacto con esos pensamientos al observar las reacciones que tienes hacia tu compañero: lo interno y lo externo son lo mismo, tal y como Jesús nos lo dice en varias de las lecciones iniciales del libro de ejercicios. Todas nuestras relaciones comienzan como relaciones especiales ---eso es normal--- porque así podemos expresar el sistema de pensamiento del ego en nuestras interacciones, puesto que lo que hacemos es usar nuestras relaciones especiales para satisfacer nuestras necesidades (lo que conlleva a rituales de dar, de celebraciones, etc.), para deshacernos de nuestra propia culpa (sintiéndonos justificados en señalarle las faltas a nuestro compañero), para revalidar nuestra valía como individuos (¿qué haría yo sin ti?) y para reforzar nuestra creencia en la realidad de la victimización, del sacrificio y del conflicto.

Cuando el propósito del ego es reemplazado por el del Espíritu Santo, tu experiencia cambiará en concordancia, lo cual es obvio a partir de los atributos del ego citados anteriormente. ¿Como sería el reemplazar todos esos objetivos por el de una sola meta: el deseo de percibir única y exclusivamente lo que te hace uno con tu compañero y que todo lo demás deje de significar algo para ti? Esto asusta a la mayor parte de la gente, a tal punto que aparenta “alterar la relación, descoyuntarla e incluso producir gran tensión” (T.17.V.3:3). Guiados entonces por el miedo, mucha gente simplemente recurrirán a alguien más, con quienes puedan tener una relación a la antigua, con el viejo significado.

No hay manera de saber cuánto tiempo tomará el experimentar paz si te quedas en la relación una vez que tenga lugar el cambio de propósito. Todo lo que Jesús nos dice es que “Ahora es el momento de tener fe” (T.17.V.6:1), lo cual quiere decir que confíes, y con causa justificada, que el camino que Jesús te ofrece es mejor que el tuyo. No hubieras tenido que pedir ayuda si estuvieras satisfecho de cómo van las cosas; así que, al igual que Helen y Bill, tienes que haber llegado a la conclusión de que tiene que haber alguna manera mejor de relacionarse, que de la manera de la que eres consciente. No es fácil atravesar esos estadíos de estrés y de tensión, pero no hay manera de evitarlo, puesto que tenemos un enorme miedo y una gran resistencia a eso que aparenta no ser familiar para nosotros ---aún cuando lo que en realidad estemos haciendo es revertir nuestra consciencia al estado natural de unicidad, reflejado en nuestra percepción de intereses comunes en lugar de intereses separados.

Nada de esto tiene que interpretarse como que se te está pidiendo que no hagas las cosas que la gente normalmente haría en las relaciones, ni tampoco significa que tengas que quedarte en una relación en la que las cosas se han vuelto intolerablemente dolorosas. La paz es el objetivo y eso no tiene nada que ver con lo que tu cuerpo aparente estar haciendo. Esto tiene únicamente que ver con qué maestro hayas elegido en tu mente para que te enseñe el significado de tu relación. Cuando comienzas a preocuparte acerca del tiempo que tarda este cambio en llegar, puedes estar seguro que has recurrido al ego, ya que Jesús no tiene preocupación alguna acerca del tiempo y sólo se interesa por la confianza que tengas en su amor incondicional para ti ---un amor que no excluye a nadie.

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