martes, 5 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: ¿Qué debería hacer una vez "termine" el Curso?

Pregunta# 408: Casi he terminado con el libro de ejercicios y con la lectura del texto de Un Curso de Milagros. Puedo ver una diferencia dramática en mi nivel de paz y de mis percepciones desde que empecé, pero me doy cuenta de que leer todo el texto, el manual del maestro y hacer todas las lecciones en el libro de ejercicios, no es el fin del trabajo con el Curso. Sin embargo, no se qué continúa ahora. Debería comenzar nuevamente con el texto? Tengo simplemente que meditar y escuchar al Espíritu Santo? Qué debería hacer para poder alcanzar plenamente la Expiación?

Respuesta: El epílogo del libro de ejercicios está de acuerdo contigo: "Este curso es un comienzo, no un final" (W.ep.1:1). Aceptar la Expiación es un proceso que requiere el entrenamiento mental que tiene por propósito el libro de ejercicios (W.in.1:4). Y, como sucede en cualquier programa de entrenamiento, la paciencia y la perseverancia nos asegurarán el progreso. Una vez que sean entendidos los principios del perdón, su eficacia reside en que los apliques a todas las situaciones, eventos y relaciones en tu vida. Mientras exista algo que cause cualquier forma de strees, de desasosiego e independientemente de cuan insignificante parezca ser, se tiene la necesidad de perdonar. Por consiguiente, lo que sigue a una lectura inicial del Curso es una vida entera de práctica, práctica, práctica.

Debido a que estamos profundamente apegados a nuestras identidades como cuerpos y, por lo tanto al sistema de pensamiento del ego, toma en verdad tiempo y esfuerzo entrenar nuestras mentes para pensar con el Espíritu Santo. Se nos recuerda frecuentemente en el Curso acerca de que nuestra resistencia al aprendizaje de sus enseñanzas es considerable. Respecto a esto, podríamos generalizar el mensaje en la lección 44 a la práctica de cualquiera de las enseñanzas del Curso: "... es posible que te topes con una gran resistencia. La razón es muy simple. Al practicar de esta manera te desprendes de lo que ahora crees y de todos los pensamientos que has inventado. Propiamente dicho, esto constituye tu liberación del infierno. Sin embargo, si se percibe a través de los ojos del ego, es una pérdida de identidad y un descenso al infierno" (W.pI.44.5:2,3,4,5,6). Nuestra práctica, por consiguiente, requiere una atención y una vigilancia muy cuidadosas al supervisar nuestras mentes en busca de cada pensamiento y juicio ,junto con nuestra disposición de dejar que el Espíritu Santo los transforme, y esa es la manera en la que son deshechos. Aunque no se establece una práctica estructurada, una vez que las lecciones del libro de ejercicios se han completado, cualquiera de las instrucciones que ahí se ofrecen pueden ser de utilidad como ejercicios. Ciertamente, es una buena idea hacer cualquier cosa que te ayude a mantenerte "en sintonía" con tus pensamientos; tiempo de quietud, meditación, releer cualquier parte del Curso. Son aconsejables varias lecturas del texto ya que nos volvemos conscientes de sus sutilezas a medida que se eliminen capas de culpa con la práctica diaria del perdón. A medida que te familiarizas más con las lecciones del libro de ejercicios, ellas vendrán a tu mente durante el día. Su eficacia, sin embargo, reside únicamente en la disposición que tengas en 'aplicarlas' a cualquier situación o relación en la que te encuentres. Es esta aplicación específica, en cada relación y evento de nuestra vida diaria, lo que consiste el verdadero trabajo de un estudiante de Un Curso de Milagros. Y nuevamente, esto requiere práctica, paciencia y perseverancia. Un repaso a las instrucciones encontradas en la introducción del libro de ejercicios es siempre de ayuda: "... no hagas excepciones al aplicar las ideas expuestas en el libro de ejercicios. Sean cuales sean tus reacciones hacia ellas, úsalas. No se requiere nada más" (W.in.9:4,5).


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