miércoles, 6 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: ¿Qué medidas debería tomar cuando me doy cuenta de mi ego?

Pregunta#720: Durante estas últimas semanas, he comenzado a darme cuenta de la frecuencia con la que estoy clamando por atención, tratando de hacerme superior, tratando de denigrar a otros, tratando de resaltar, etc. Todo esto, aparentemente, es la consecuencia de mi necesidad de sentirme “especial.” El hecho de que pueda ver esto tan claramente me hace muy feliz, y el hecho de que no me reprendo a mí mismo cuando me doy cuenta de lo que estoy haciendo, me hace aún más feliz. Mi pregunta es: ¿Qué debo hacer una vez que me doy cuenta de esto? Tengo la sensación de que necesito hacer algo para “cambiarlo,” pero empiezo a conjeturar que esto es en realidad lo que no debería hacer. Si es así, ¿Qué hago entonces con estas tomas de conciencia?


Respuesta: Permanece ahí. Tienes razón en cuanto a que no es necesario cambiar nada. De hecho, no podemos cambiar las ilusiones que el ego nos pone delante, y el tratar de hacerlo les da un poder que en verdad no tienen. Lo único que se requiere es que estemos dispuestos a reconocer las travesuras del ego por lo que son en realidad (efectos de la elección que hace la mente a favor de la separación), ver que el propósito que sirven es el de mantenernos apegados a nuestra identidad corporal, y pedirle ayuda al Espíritu Santo para hacer otra elección. Esto es suficiente. El problema es que, con nuestro feroz apego al especialismo, no siempre vamos a desear la ayuda del Espíritu Santo, puesto que aún valoramos al especialismo muy por encima de Él. Sin embargo, si persistes en mirar y en ser consciente, te podrás dar cuenta de cómo este especialismo es la causa de los sentimientos que van desde un leve malestar hasta una intensa sensación de culpa, aunque no te estés juzgando a ti mismo por el especialismo. Ya que el dolor proveniente de esos sentimientos tiende a volverse insoportable, ello despierta en nosotros un profundo deseo de sanar, lo cual nos aparta de las tinieblas de nuestra atracción por el especialismo hacia la luz de quién verdaderamente somos como el Hijo inocente de Dios.

Es importante recordar que el haberte vuelto más consciente, tal y como mencionas, no significa que ahora valores más a tu especialismo, sólo que ahora lo puedes ver mejor y que te das cuenta de lo que está haciendo tu ego, y esto es muy significativo. Cuando la mente elige identificarse con el cuerpo, niega automáticamente su verdadera identidad como espíritu, obliterando de ésta manera el recuerdo de que eres espíritu en tu consciencia. Esta es la razón por la que no somos conscientes de la actividad de elección que está tomando lugar en la mente, pero sí que podemos darnos cuenta, tal y como describes, de los efectos que ha tenido la elección que ha hecho la mente. El mirar la forma específica que nuestra elección a favor de la separación ha tomado en nuestras relaciones, es lo que provoca y fomenta estas tomas de consciencia, y esa es la única manera de la que disponemos para aprender a identificarnos con la mente en lugar de con el cuerpo. Es únicamente aprendiendo que somos mente como podemos usar su poder para no elegir la separación. La toma de consciencia que mencionas es un paso muy importante para salir de la negación, que es una piedra angular en el sistema de pensamiento del ego. Si el “no ver” es lo que nos mantiene anclados en el problema de la separación, el “ver” es claramente el principio de la solución. El ego prospera con la negación; el Espíritu Santo nos ofrece el que nos demos cuenta. Para poder en última instancia darnos cuenta del recuerdo del Amor de Dios que se encuentra presente en nuestra mente, primero tenemos que llegar a ser conscientes de todas las defensas que hemos erigido contra el Amor. Por lo tanto, lo único que importa por los momentos es que continuemos mirando sin juicios, pero con la vigilancia que sí se requiere: “… la vigilancia es esencial, … no es necesaria a favor de la verdad, pero si es necesaria en contra de las ilusiones” (T6.V.C8:6,9).


A medida que continúes con la vigilancia, es importante que recuerdes la siguiente “sucesión de eventos”: (1) Lo que ves (especialismo, juicios, proyección) es el efecto de la elección que ha hecho la mente a favor de la separación. (2) Esta elección es la verdadera causa de todo el dolor y la angustia en nuestras vidas y en nuestro mundo. (3) La mente tiene el poder de elegir de manera diferente. El poder ser consciente es, por lo tanto, “la perla de gran valor” en el plan de estudios que Un Curso de Milagros nos presenta para que se nos pueda guiar finalmente a tomar la decisión a favor de Dios.

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