miércoles, 6 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: ¿Cómo puedo "no hacer nada" y no interferir?

Pregunta#635: Escribiste esta respuesta a una pregunta previa: “Tal y como el Curso nos recuerda con claridad y en muchas ocasiones, nuestra función es perdonar. Practicamos el perdón al reconocer todos los pensamientos no amorosos y juicios que pudiéramos tener y pedimos ayuda al Espíritu Santo para que los transforme. Cuando hacemos esto, el Curso nos dice: 'Hazte a un lado tranquilamente y deja que la curación se lleve a cabo por ti. Mantén un sólo pensamiento en la mente y no lo pierdas de vista, por muy grande que sea la tentación de juzgar cualquier situación, y de determinar tu reacción basándote en los juicios que has hecho de la misma. Concentra tu mente sólo en esto: No estoy solo, y no quiero imponer el pasado a mi Invitado. Lo invité y Él está aquí. No tengo que hacer nada excepto no interferir.” (Pregunta #418).

Para mí el párrafo anterior resume por completo todo el mensaje de Un Curso de Milagros. Mi pregunta/problema/dilema es: ¿Cómo podemos “no hacer nada y no interferir”? Para decirlo como lo haría Ken, en lo que en verdad nos tenemos que concentrar es en “quitarnos a nosotros mismos del medio,” pero esto es de poca utilidad si no se nos da una idea de cómo. Tengo la impresión de que si la aplicación de ésta instrucción dada por Jesús, se lleva a cabo a la perfección, la salvación sería su rápida consecuencia. Simplemente no habría ya nada que hacer. Pero no sé cómo, en términos prácticos, abordar el “no hacer nada” y “no interferir.”
  
Respuesta: Nuestra propia identidad individual está tan arraigada en el actuar y en el hacer con el cuerpo que es altamente probable que malinterpretemos lo que Jesús nos pide aquí. Él no está interesado en lo más mínimo en lo que podría estar haciendo (o no haciendo) el cuerpo, ya que el cuerpo es por siempre un efecto de nuestros pensamientos en la mente. Pero está sumamente interesado en nuestra mente (T.4.IV.2:9), ya que es en ella donde reside todo nuestro poder de elegir.

Así que la respuesta al cómo hacernos a un lado se encuentra en realidad inmersa en las líneas que citaste anteriormente: “Practicamos el perdón al reconocer todos los pensamientos no amorosos y juicios que pudiéramos tener y pedimos ayuda al Espíritu Santo para que los transforme,” ésta es nuestra parte ---reconocer nuestros pensamientos del ego, los cuáles siempre involucran nuestra propia interpretación de las situaciones basada en que se estén cumpliendo o no nuestras necesidades personales. Esto abarca casi a la totalidad de los pensamientos que tenemos al día! Y es ahí donde se encuentra el desafío ---en reconocer estos pensamientos y tener entonces la humildad de reconocer que podríamos estar equivocados acerca de lo que necesitamos, Ya que todos los pensamientos acerca de nuestras necesidades personales son expresiones específicas de nuestra decisión de hacer que el pasado ---el pensamiento de la separación--- se mantenga vivo en nuestras mentes para poder creer entonces que estamos solos y carentes.

Es obvio que mientras nos estemos identificando con nuestros cuerpos, tendremos necesidades. No se nos está pidiendo que las neguemos. Pero cuando abriguemos un pensamiento que justifique la ira, el ataque, el estar alterado cuando nuestras necesidades no estén satisfechas o, sensaciones triunfales y satisfacción cuando obtenemos lo que deseamos, estamos en realidad haciendo una interpretación que está activamente interfiriendo con la expresión de la verdad interior de Quien somos en realidad. Es con respecto a este “hacer” a lo que Jesús nos pide que dejemos a un lado dentro de nuestra mente, para que así podamos estar abiertos y despejar los canales para su amor. Cuando hayamos retirado toda la inversión que hemos puesto en la interpretación acerca de quién somos que hace el ego y acerca de lo que necesitamos, la salvación será nuestra. Es únicamente nuestra resistencia a retirarle la inversión al ego lo que la está demorando su llegada.

Link al original aquí.