miércoles, 6 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: ¿Cómo puedo hacerme responsable de lo que me pasa en el mundo?

Pregunta#596: Me experimento a mi mismo como una víctima de decisiones inconscientes tomadas en la mente, ya que definitivamente no elijo conscientemente las cosas malas. Si no tengo contacto con esta mente inconsciente que está tomando las decisiones, ¿cómo puedo hacerme responsable de lo que me sucede en el mundo? Si me experimento a mi mismo como un cuerpo en el mundo, no como una mente, ¿cómo puedo mirar con Jesús algo en mi mente? 

Respuesta: Es difícil aceptar que hay una parte de nosotros, de la cual no somos conscientes, que es la fuente de lo que sentimos y de lo que hacemos en el mundo. No obstante, Freud nos legó esta enseñanza hace muchos, muchos años. Esto es lo que Jesús nos explica en su curso de muchas maneras diferentes. De hecho, podríamos incluso decir que esto es uno de los aspectos más importantes del curso en cuanto a programa de entrenamiento mental. Las lecciones en el libro de ejercicios, especialmente en la primera parte, están diseñadas para ayudarnos a entrar en contacto con esta parte de nuestras mentes. La lección 5, por ejemplo, dice que nunca estamos enfadados por la razón que creemos (W.pI.5). Esto quiere decir que suceden cosas en nuestro interior más allá de lo que somos conscientes. También a los comienzos del texto, Jesús nos dice que si no nos estamos sintiendo en paz, “tenemos que haber decidido equivocadamente” (T.5.VII.6:7) ---Jesús está hablando acerca de la decisión de rechazar a la verdad que profundamente dentro de nuestras mentes estamos tomando.

En sus enseñanzas, Jesús nos deja muy claro que la razón por la que ésta parte de nuestra mente permanece inconsciente es porque deliberadamente la hemos disociado de nuestra consciencia y, así, no tenemos que lidiar con toda la culpa y el miedo que nosotros pensamos se encuentra allí, lo cual ---y esto es lo que creemos--- ciertamente nos llevaría a la destrucción. El ego nos ha convencido que estaríamos mucho mejor si abandonásemos la mente y, siguiendo su consejo, nos convencimos a nosotros mismos de ser simplemente cuerpos y no mentes. Pero en realidad somos mentes eligiendo creer que no somos mentes! El propósito del Curso, por consiguiente, es en primer lugar ayudarnos a darnos cuenta de lo que ha sucedido y, entonces, ayudarnos a que retomemos el poder de elección en nuestras mentes para que en algún momento rectifiquemos nuestra elección de creer en el ego en lugar del Espíritu Santo. Es entonces cuando estaremos en paz por completo.

Lo que necesitamos para alcanzar esta meta es considerar todo en nuestras vidas como un reflejo de las decisiones que estamos haciendo en nuestras mentes ya que tal y como Jesús nos dice, el mundo “es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna” (T.21.in.5). Entonces, nuestras vidas, adquieren un nuevo significado a medida que cambiamos el foco de atención de las circunstancias externas al estado interno del cual son reflejo. A medida que vemos más y más a nuestras vidas de ésta manera (como aulas de clase), iremos gradualmente permitiéndonos volver a estar en contacto con nuestras mentes. No obstante, necesitamos la ayuda de Jesús o del Espíritu Santo en esto, debido al miedo que todos tenemos de mirar dentro (T.21.IV). Afortunadamente, el proceso de sanación no es complicado, ya que únicamente existen sólo dos opciones entre las que podemos escoger: continuar creyendo en la realidad de la separación o permitir el deshacimiento de esa creencia y aceptar nuevamente la verdad de nuestra unicidad como el Hijo de Dios. Cada una de las cosas que hacemos o sentimos en el mundo refleja una de estas alternativas.

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