martes, 5 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: Cualquier clase de paz que experimento parece ser sólo temporal. ¿Porqué?

Pregunta#324: A veces siento que elegir ver paz, desde mi punto de vista, es hacer algún tipo de negación. Sé que puedo mirar a una situación y ver paz. Frecuentemente eso es lo que hago y se alivia la tensión y mi pensamiento de paz me brinda una sensación de tranquilidad. Pero algunas veces un ataque de miedo, rabia y sentimientos de culpa, me toma por sorpresa en una situación difícil que se sigue perpetuando, la cual yo pensaba que estaba muy próxima a ser sanada y, lo que siento entonces, es que yo había estado negando esos sentimientos y sensaciones cuando veía la paz. Me da la impresión de que para sanarlos tengo que permanecer en esas emociones algún tiempo, no intentar ver paz sino sentir realmente el miedo y permitirme estar sin paz por un rato. Yo siento que si intento estar en paz en el mismo instante en que comienza mi angustia, lo que estaré haciendo es sencillamente ocultar el miedo y no tendré claro qué es lo que estoy trayendo hacia la luz para que lo sane. No estoy en el punto en el que realmente puedo observar el miedo y estar en paz al mismo tiempo. Estoy siguiendo el camino de Un Curso de Milagros con ésta práctica? 

Respuesta: Una pregunta muy honesta, que indica una profunda reflexión. Es cierto que nuestros egos pueden engañarnos a veces haciéndonos creer que hemos elegido la paz cuando lo que en realidad ha sucedido es que el ego se volvió a salir con la suya. No obstante, no pienses que tienes que catalogar de fraudulentos todos tus momentos de paz simplemente porque no son permanentes. No te olvides de que tenemos miedo del resultado de lo que la paz genuina trae consigo ---una desidentificación del ser que creemos que somos--- y es por causa de ese miedo, que fluctuaremos entre la paz y el conflicto a medida que progrese nuestro aprendizaje. El hecho de que el miedo en una situación recurrente y difícil en particular aparente ser más intenso que nunca, no invalida ninguna experiencia de paz que podamos haber tenido en situaciones similares en el pasado.

Cada sistema de pensamiento ---el del ego y el del Espíritu Santo--- es total, y cada vez que elijamos alguno de ellos, una vez que lo hayamos elegido, hace que en ese momento estemos completamente identificados con él, independientemente de nuestras elecciones hechas en el pasado, y podremos experimentar todo un abanico de emociones que acompañan esa elección. Es de mucha ayuda recordar que nunca es la situación externa ---cualquiera que ésta sea--- la causante de nuestra pérdida de paz (la situación no es otra cosa que un símbolo sobre el cual hemos proyectado nuestra culpa oculta). Así que el miedo proviene en realidad de una percepción interna de que somos culpables y pecadores por haber atacado a Dios y merecemos ser castigados. Cualquier situación externa puede ser usada como pantalla sobre la cual proyectamos este pensamiento ---algunos símbolos son sencillamente mas potentes y resistentes al perdón!

Habiendo dicho esto, es importante añadir que: si, necesitamos mirar honestamente a nuestra culpa y miedo antes de que podamos dejarlos en manos de la luz. Elegir paz no es simplemente una fórmula a ser aplicada cada vez que nuestra culpa y miedo emerjan a la superficie, para volver a sepultar nuevamente esas sensaciones. Y la verdad es que aún queda una parte de nosotros que no desea paz mientras estemos identificados con el ego. Jesús deja esto muy claro en las líneas iniciales de la lección 185: “Deseo la paz de Dios. Decir estas palabras no es nada, pero decirlas de corazón lo es todo” (W.185.1.h,1,2). Aprendemos a desear la paz observando lo que hemos elegido en su lugar y reconociendo su costo. Y a medida que transcurre el tiempo y que nos permitimos a nosotros mismos mirar honestamente a lo que hemos elegido sin juzgarnos por esa elección, la verdadera alternativa se vuelve cada vez más deseable.

Link al original aquí.