Pregunta#622:
Mi compañero y yo hemos estado juntos por algún tiempo. Él es un
maestro de Un Curso de Milagros. Se me está desafiando recientemente con
algo en lo que necesito orientación. Mi compañero desea la “libertad”
de poder tener sexo con otras mujeres porque él dice que está en 'su
naturaleza' el poder hacer eso y no sentirse culpable al respecto. El no
está dispuesto a renunciar a esa libertad y me lo ha dicho para no
sentirse culpable cuando ello suceda. Lo quiero y hemos tenido una
relación increíble en la cual hemos estado de acuerdo en construir un
futuro juntos para ayudar a crecer a otras personas y a nosotros mismos.
Pero no puedo sino sentir náuseas con respecto a eso y preguntarme
porqué él querría hacer esto. ¿Es esto una fantasía que él se niega a
abandonar o me equivoco al no querer que él explore “su naturaleza” ya
que yo no tengo ese deseo de buscar a otros hombres para el sexo o para
tener compañía? Me siento tan confundida acerca de lo que el Curso me
pide que haga o piense y no puedo evitar cuestionarme a mi misma si
estoy equivocada al desear un compañero que quiera lo mismo que yo. Lo
quiero de verdad, pero tengo miedo de que esto acabe con lo nuestro y,
si es así, que así sea, pero necesito primero saber si hay alguna otra
forma.
Respuesta:
En lugar de enfocarte en tu compañero y en sus expectativas acerca de
la relación y en cómo ellas podrían crear un conflicto con tus propias
expectativas, el Curso te invitaría a que primero te pongas en contacto
con el propósito que tu propio ego le ha dado a tu relación. Por
supuesto que nosotros buscamos de manera consciente nuestras relaciones
de amor especial para que nuestras necesidades sean satisfechas y, por
eso, tenemos expectativas implícitas y explícitas de cómo queremos que
sea la otra persona para que así podamos obtener lo que queremos. Y cada
miembro de la pareja tiene su propio catálogo de expectativas basado en
sus propias necesidades tal y como las percibe. Dentro de la relación,
vemos que nuestra propia felicidad y satisfacción depende de que la otra
persona cumpla o no nuestras expectativas. Esta es la razón por la que
todos en el mundo aparentan entablar relaciones.
Sin
embargo, el propósito más soterrado y usualmente inconsciente que tiene
el ego para todas las relaciones de amor especial es que no puedes
confiar en el amor, ya que al final será traicionado, abandonado o, de
alguna u otra forma, siempre victimizado a manos de nuestro compañero/a
de amor especial. Y el amor se tornará en odio ---demostrando desde la
perspectiva del Curso que en realidad nunca fue amor (T.16.IV.4:1,2,3,4)
sino dependencia. Y tales sentimientos, independientemente de cuán
justificados parezcan estar, no tienen nada que ver con el
comportamiento del otro sino únicamente con nuestra profundamente
enterrada sensación de culpa y de ser indignos y con nuestro deseo
abrumador de proyectar la responsabilidad de esos sentimientos afuera de
nosotros en alguien más. Este es el propósito real del ego que se
encuentra oculto en todas nuestras relaciones.
Por
otra parte, no hay nada malo en que cada una de las personas dentro de
la relación sea claro acerca de lo que desea en la relación y ver
entonces si hay compatibilidad. El único error aquí sería pensar que lo
que alguno de los desea o que insista en tener, sea lo que es
espiritual. Como egos, todos deseamos lo que sentimos que es mejor para
nosotros y en realidad no nos importa nadie más. Así que el conflicto es
inherente e inevitable en todas las relaciones especiales y es
únicamente cuestión de tiempo que el conflicto emerja. Las
justificaciones a favor o en contra de la fidelidad al nivel de
comportamiento están todas basadas en el ego. (véase la pregunta #417
para una discusión ampliada sobre el tema de la fidelidad).
Así
que ¿deberías irte o quedarte? A Jesús le gustaría que reconocieras que
éste no es en realidad el asunto central. La pregunta que él desearía
que te hicieras es si estás dispuesta a darle un propósito distinto a la
relación y, eso, es justamente la otra forma de hacer las cosas que has
preguntado. El nuevo propósito sería el que se use la relación como un
espejo en vez de usarlo como una pantalla, esto es, como un reflejo de
lo que se encuentra sepultado dentro de tu propia mente pero proyectado
fuera en lugar de una forma de ver el egoísmo y la culpa en alguien más y
no en ti misma. Y esto puedes hacerlo independientemente de que te
quedes en la relación o no. Ya que todos estamos en nuestras
profundidades acusándonos silenciosamente de haber sido infieles a Dios y
de ir a buscar fuera el amor y la satisfacción que esa Relación nos
provee. Y la culpa que sentimos acerca de esta auto-acusación es lo
suficiente para hacer que cualquiera tenga náuseas!
Por
lo tanto sé gentil contigo y con tu compañero en este proceso de
auto-indagación, la cual se ve facilitada por el reconocimiento de los
objetivos conflictivos de la relación que estás experimentando con él.
Cualquier intento de cambiar al otro con la finalidad de encontrar la
propia felicidad está condenado al fracaso desde el comienzo
(W.pI.71.2,3). Pero cualquier intento de cambiar nuestra mente acerca de
cómo y con quién estamos percibiendo una situación desafiante, si
estamos dispuestos a soltar nuestra propia inversión en cualquier
desenlace específico, está garantizado con el éxito.
Link al original aquí.