martes, 5 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: Los grandes rayos

Pregunta#75: Un Curso de Milagros habla acerca de los “Grandes Rayos.” ¿Podrías por favor explicar qué son los Grandes Rayos?

Respuesta: Los “Grandes Rayos” es un término usado para referirse a la luz que irradia desde Dios, extendiéndose hasta Cristo, Su Hijo uno. Simbólicamente, una chispa de luz está presente en la mente recta del hijo separado. Ni los “Grandes Rayos” ni la chispa son formas físicas de luz, son sencillamente símbolos que no tienen nada que ver con lo que los ojos físicos ven. El término se usa  para simbolizar una realidad que es espíritu, no física, a modo de contrastar con la identificación del ego con el cuerpo. A medida que nos identifiquemos cada vez menos con el ego, seremos cada vez más conscientes de la verdad de quien somos como el Hijo uno de Dios, y no como el cuerpo limitado. Esta consciencia es una forma de ver, y está simbolizada mediante una chispa de luz y los “Grandes Rayos.” A medida que aprendemos a “ver” con el Espíritu Santo maduramos de tener una ligera sospecha, una chispa de consciencia de que hay una realidad más allá de lo que contemplan los ojos del cuerpo, a una comprensión más clara de la realidad del espíritu. “Vemos” que existe una luz en nuestras mentes que refleja la verdad y representa el recuerdo de Dios, la Unicidad que todos compartimos. En última instancia, aprenderemos a descartar cualquier pensamiento del ego que oscurezca nuestra conciencia. Cuando hagamos eso, la luz será lo único que quede: “Y partiendo de esa luz, los Grandes Rayos se extenderán hacia atrás hasta la oscuridad y hacia adelante hasta Dios, para desvanecer con su resplandor el pasado y así dar lugar a Su eterna Presencia, en la que todo resplandece en la luz” (T.18.III.8:7). Al encontrarnos términos como éstos, es importante recordar lo que dice el Curso acerca de las palabras: “Las palabras pueden ser útiles especialmente para el principiante, ya que lo ayudan a concentrarse y a facilitar la exclusión, o al menos el control, de los pensamientos foráneos. No olvidemos, no obstante, que las palabras no son más que símbolos de símbolos. Por lo tanto, están doblemente alejadas de la realidad. (M.21.1:8,9,10). Del mismo modo en que necesitamos ir más allá de los símbolos para poder aprender el mensaje que el Curso nos da a través de ellos, necesitamos ir más allá del cuerpo a la luz que se encuentra en todo el mundo que vemos. “Tal como el ego quiere que la percepción que tienes de tus hermanos se limite a sus cuerpos, de igual modo el Espíritu Santo quiere liberar tu visión para que puedas ver los Grandes Rayos que refulgen desde ellos, los cuales son tan ilimitados que llegan hasta Dios. Este cambio de la percepción a la visión es lo que se logra en el instante santo” (T.15.IX.1:1,2). Esto no quiere necesariamente decir que veremos rayos de verdad emanando de la gente. Se trata de un cambio en nuestra percepción que tendrá lugar en nuestra mente, donde permitiremos que el juicio sea reemplazado por el perdón en el instante santo.

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