miércoles, 6 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: ¿Porqué el Curso enseña que lo que pienso que me fue hecho "no ha ocurrido"?

Pregunta #525: Recientemente un amigo me hizo algo que realmente hirió mis sentimientos. He estado intentando perdonarle pero al parecer no soy capaz de sacarme ese incidente de mi cabeza. Así que fui a la lección del libro de ejercicios que comienza con “Qué es el perdón” buscando un remedio. No pude pasar de la primera frase: “ El perdón reconoce que lo que pensaste que tu hermano te había hecho en realidad nunca ocurrió” Podrías por favor aclarar qué se qué se quiere decir con “nunca ocurrió” o con “no sucedió” 

Respuesta: Lo que sea que haya sucedido en la forma entre tú y tu hermano, en efecto ocurrió. El libro de ejercicios no está abogando por la negación de nuestra experiencia en el sueño. Lo que tu hermano no hizo fue arrebatarte la paz, ni causarte los sentimientos que tienes. Eso solo puede suceder como resultado de una decisión en la mente de elegir en contra de la paz, eligiendo creer que la separación es real. Esto significa elegir al ego como maestro, aceptando la interpretación del ego acerca de lo que sucede en el sueño de la separación. La creencia de que las circunstancias externas son la causa del conflicto interno es fundamental para el sistema de pensamiento del ego. A esto es a lo que Un Curso de Milagros se refiere como magia y pensamiento invertido. El milagro, por otra parte, es el reconocimiento de que nada externo tiene de manera alguna efectos sobre nuestra paz.

Una de las metas más importantes del Curso, si es que no la más importante, es el enseñarnos que tenemos una mente con el poder de elegir. Es este poder de elegir lo que consiste el cimiento del principio de causa y efecto. La frase que citas del Curso es una de las muchas formas en las que el Curso enseña éste principio. Pensaste que tu hermano era la causa de tu perturbación al herirte. Eso no es lo que sucedió. Lo que sí ocurrió es que anterior a cualquier evento externo con tu amigo, hiciste una elección en tu mente de identificarte con el ego creyendo que eres un individuo separado en un cuerpo, en lugar del inocente Hijo de Dios quien es espíritu, tal y como Dios lo ha creado. Ese es el punto en donde en verdad estabas. La culpa por haber tomado esa decisión es ahora proyectada fuera de la mente en la forma de reacciones a todas las situaciones perturbadoras que se encuentran en las relaciones y en el mundo.

Cuando atacamos nuestra verdadera Identidad como el Hijo de Dios al identificarnos con el ego, no podemos sino ser heridos por todo y por todos en el sueño. Estamos literalmente “bajo ataque,” pero se trata de nuestro propio ataque, tal y como Jesús nos lo dice en el texto: “ Todo ataque es un ataque contra Uno Mismo. No puede ser otra cosa. Al proceder de tu propia decisión de no ser quien eres, es un ataque contra tu identidad. Atacar es, por lo tanto, la manera en que pierdes consciencia de tu identidad, pues cuando atacas es señal inequívoca de que has olvidado quién eres. (T.10.II.5:1,2,3,4). Si la causa de cómo nos sentimos es una elección llevada a cabo en la mente, entonces no podemos ser la víctima de la gente o de las circunstancias fuera de la mente (W.pI.31); no podemos ser heridos por nada externo. Por consiguiente, “No hay nada que perdonar. Nadie puede herir al Hijo de Dios” (T.14.III.7:5, 6). El perdón comienza con la disposición para reconocer este proceso y ver a la mente ---y no a tu hermano--- como la verdadera causa de tu herida. Aceptar que tu no puedes ser herido es la amabilidad del perdón que te es ofrecida tanto a ti como a tu amigo.

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