martes, 5 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: ¿Qué es exactamente un milagro?

Pregunta#288: Qué es un milagro? A pesar de que los milagros están descritos cuidadosamente, todavía me pregunto qué son. Tienen algo que ver con lo que conocemos comúnmente como milagros? Sabemos cuándo ocurren o están continuamente sucediendo sin que seamos conscientes de ellos? Podrías dar algunos ejemplos de lo que son? 

Respuesta: En primer lugar, un milagro no tiene que ver con nada externo. Los milagros únicamente pertenecen al ámbito de nuestra mente y lo que allí está sucediendo. En este sentido, los milagros no tienen nada que ver con lo que nuestros sistemas religiosos nos han enseñado acerca de ellos. Comúnmente, lo que entendemos como el problema tiene que ver con las condiciones del mundo y de nuestros cuerpos y, por consiguiente, los milagros ---dicho llanamente--- se han entendido como la sanación o eliminación de esas condiciones, usualmente a cargo de la intervención divina o sobrenatural. Un Curso de Milagros, por otra parte, nos enseña que el cuerpo y el mundo son proyecciones de pensamientos en nuestras mentes: “[el mundo] Es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna... No trates, por lo tanto de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él” (T.21.in.1:5,7). Ahora, si pudieras realmente aceptar que el mundo es simplemente la proyección de un pensamiento de pecado y de separación en tu mente, te darías cuenta que intentar cambiar las cosas en el mundo o en el cuerpo resulta en última instancia algo fútil y que, cambiar tu mente acerca de la realidad del pecado y la culpa, es lo que verdaderamente es sanador. Esta es la razón por la que en el libro de ejercicios se enuncia: “Un milagro es una corrección. No crea ni cambia realmente nada en absoluto. Simplemente contempla la devastación y le recuerda a la mente que lo que ve es falso” (W.pII.13.1,2,3). El milagro corrige nuestro pensamiento, no una condición en el mundo o en el cuerpo. En lugar de eso, vamos a ver la devastación en nuestras vidas, o a mayor escala en el mundo, y trae esa percepción a la amorosa presencia de Jesús en nuestras mentes. Ahí, en nuestra decisión de unirnos con ese reflejo de la verdad, recordaremos que lo que estamos percibiendo es sólo el contenido de un sueño, no la realidad. “El milagro establece que estás teniendo un sueño y que su contenido no es real” (T.28.II.7:1). Una vez que estemos unidos con el reflejo de la verdad en nuestras mentes, seremos guiados solo por eso acerca de cómo responder a la situación en nuestras vidas.

Esto requiere mucha práctica, razón por la qué tenemos 365 lecciones en el libro de ejercicios, al final del cual Jesús nos dice que apenas estamos al comienzo de este proceso de revertir el pensamiento. El Curso en toda su extensión trata de esto. Actualmente nuestro pensamiento es el inverso de lo que es la verdad. A lo que estamos tan seguros de llamar causas son en verdad efectos. Ocurre un milagro cuando recordamos y aceptamos ---aunque sea por un instante--- que la causa de la pérdida de paz, enfermedad, privaciones que experimentamos no corresponde a nada en el cuerpo o en el mundo, sino a una elección que hacemos en nuestra mente de identificarnos con el sistema de pensamiento de la separación, el pecado, la culpa y el miedo. “El milagro es el primer paso en el proceso de devolverle a la causa la función de ser causa y no efecto” (T.28.II.9:3).

Un milagro ocurre cuando no nos tomamos de manera personal el ataque de otro, reconociendo en lugar de eso que todos compartimos las mismas metas y necesidades; todos compartimos la misma demencia del ego y en todos se encuentra la misma cordura de la visión de Cristo. Algunas veces no somos ni conscientes de haber hecho ese cambio en nuestras mentes y otras veces sí. Los milagros ocurren con la frecuencia en que nuestra disposición así lo permita.

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