Pregunta#272:
Soy un nuevo estudiante del Curso y quizás esta pregunta ya se haya
respondido en más de una ocasión. Cuando el Curso nos habla del perdón
se refiere a (en mis palabras) que lo que tu piensas que ha sucedido, no
ha sucedido. Nadie jamás ha herido a ningún otro o hecho nada terrible.
Suenan entonces las alarmas en mi mente. ¿Son acaso los hechos de
situaciones pasadas simplemente ilusiones? Si existe un panfleto o
artículo escrito de manera clara sobre el tema, agradecería mucho que me
dieras la referencia.
Respuesta:
El perdón, tal y como se presenta en Un Curso de Milagros, puede
únicamente ser entendido dentro del marco de referencia de la metafísica
del no-dualismo; ya que de otra forma no tendría ningún sentido y su
significado sería distorsionado y se volvería indistinguible de los
significados que tradicionalmente existen. El perdón no puede ser
desvinculado de lo que nos enseña el Curso acerca de cuál es el origen y
el propósito del mundo y de nuestra aparente presencia en el mundo como
cuerpos individuales con un pasado, un presente y un futuro. El
entendimiento que el Curso tiene acerca del perdón es único y se sigue
de manera lógica a partir de esta base, pero es difícil ponerlo en
práctica porque nuestra vida y nuestras experiencias están basadas en
premisas totalmente opuestas a lo que el Curso enseña.
Para
poder “perdonar a tu hermano por lo que no te ha hecho,” debemos ---al
menos intelectualmente--- empezar a aceptar que toda la ira y todos los
sentimientos de victimización son proyecciones de nuestra propia culpa
inconsciente, la cual a su vez proviene de la creencia de que hemos
atacado a Dios para así poder vivir nuestras propias vidas individuales.
Todo esto es, por supuesto, ilusorio, pero como nosotros pensamos que
somos individuos, ésas premisas aún se encuentran presentes en nuestras
mentes. Habiéndole dado realidad al pecado y no deseando renunciar a
nuestras identidades individuales para regresar a la unicidad de Dios,
lo que entonces hacemos es negar el pecado y proyectar la
responsabilidad acerca de él sobre algo externo a nosotros. De esta
manera, la culpa que hemos proyectada se encuentra ahora en otros que
son en consecuencia percibidos como malvados, odiosos, violentos,
insensibles, egoístas, etc., y nosotros somos entonces las víctimas
inocentes. El “nosotros” al que en toda esta historia hacemos referencia
es siempre la mente tomadora de decisiones que se encuentra fuera del
espacio y del tiempo, la cual ha sido olvidada y reemplazada por nuestra
consciencia de un ser que aparenta existir en el espacio y en el
tiempo.
Esto
es un esquema elemental del origen de nuestra percepción y de la
sensación de que nosotros u otros hemos sido injustamente tratados,
victimizados, etc. Hay obviamente mucho más en torno a esta dinámica,
pero lo expuesto puede al menos comenzar a darte alguna idea de cómo se
desarrolla la teoría del Curso acerca del perdón. Es a la vez suficiente
para que comencemos a ver que la única razón por la que nos
experimentemos a nosotros mismos como injustamente tratados es para que
podamos decir que alguien más es culpable. Esto no quiere decir que
vamos a negar los “hechos” en los eventos externos. El Curso habla
únicamente acerca de cómo los experimentamos. Esa es la clave.
Percibirte a ti mismo como injustamente tratado es una interpretación
que proviene de una necesidad inconsciente de percibir la situación de
esa manera. (la pregunta #266 elabora acerca de esto bajo el punto de
vista de Jesús acerca de la crucifixión). No somos conscientes de estas
dinámicas, pero el no ser consciente es una parte fundamental de la
estrategia del ego de la proyección.
El
primer paso en el proceso del perdón es, por consiguiente, invertir la
proyección y sus efectos. Esto quiere decir reconocer que lo que hemos
atacado y juzgado en alguien más es lo que primero hemos condenado en
nosotros. Es acerca de reconocer que nuestra ira proyectada es una
decisión que tomamos para evadir nuestra propia culpa viéndola en
alguien más. Nuevamente, esto no quiere decir negar lo que alguien más
haga, ni tampoco quiere decir que tu no hagas algo acerca de eso. El
segundo paso implica entender que, la culpa, es también una decisión, la
cual es ahora traída a nuestra consciencia para ser reconsiderada. En
lugar de elegir identificarnos con el sistema de pensamiento del ego de
la culpa, elegimos identificarnos con el sistema de pensamiento de la
inocencia del Espíritu Santo. Esto allana el camino para la tercera
etapa, la cual le corresponde el Espíritu Santo. Por lo tanto, los
primeros pasos del perdón representan nuestra decisión de permitirle al
Espíritu Santo que lleve a cabo Su sanadora labor dentro de nosotros.
Pero el Espíritu Santo puede remover nuestra culpa únicamente cuando
retiremos nuestra inversión en ella. Una vez que la culpa no está
---aunque sea por sólo por un instante--- estamos identificados
únicamente con el amor y la bondad y no nos tomaremos nada a título
personal. Ese amor y esa bondad fluirán por sí mismo a través de
nosotros a medida que a nivel de comportamiento respondemos a la
situación y, por consiguiente, nuestra respuesta será de manera
automática la más amorosa para todos aquellos a quienes concierna. A
nivel de comportamiento, podría incluso parecer que la respuesta no
difiere en nada a la respuesta de cualquier otro; pero el contenido
sería amor. Y en cuanto a nuestro progreso espiritual, eso es todo lo
que importa.
Estos pasos del perdón se encuentran descritos en dos lugares del Curso: T.5.VII.6:7,9,10,11; W.pI.23.5:1,2,3,4.
Puedes
además encontrar resúmenes y explicaciones breves del perdón según el
Curso en dos publicaciones de FACIM. El Perdón y Jesús: un punto de
encuentro entre Un Curso de Milagros y el Cristianismo, capítulo 2; Una
Charla acerca de un Curso de Milagros: una introducción, capítulo 4: Ira
y Perdón. Finalmente, leyendo algunas preguntas y respuestas mas de
nuestra base de datos, probablemente te encuentres con varias
aplicaciones de estos principios.
Link al original aquí