miércoles, 6 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: ¿Qué papel juega el Karma en la sanación?

Pregunta#577: Qué dice Un Curso de Milagros acerca del karma, específicamente con respecto a la sanación? 

Respuesta: Quizás te interese también revisar las preguntas #514-i, #363 para ampliar el tema de Un Curso de Milagros y el karma. Karma es la ley impersonal de causa y efecto, la cual opera dentro del espacio y del tiempo, donde cada pensamiento y/o acción tiene consecuencias. Tiene su origen en el pensamiento de separación, donde causa y efecto están separados unos de otros y aparentan proceder de una manera lineal en el tiempo, de tal forma que el pasado tiene consecuencias en el presente y en el futuro. Al ser el tiempo una ilusión, el karma, incluso separado de las consecuencias del juicio, tiene que permanecer dentro del marco del ego. Así que, la sanación, desde la perspectiva del karma, contemplaría el subsanar una deuda pasada mediante alguna especie de pago (por ejemplo, con la enfermedad o el sufrimiento) ahora o en el futuro.

La visión que tiene el Curso de la sanación es muy diferente de este proceso lineal. Nada del pasado puede ser la causa de lo que estoy experimentando en el presente puesto que el pasado no existe. La causa es siempre un pensamiento que continúo abrigando en el presente. Únicamente el pensamiento, de acuerdo con el Curso, es la causa de lo que sea que experimentemos. Si deseamos una experiencia diferente, todo lo que tenemos que hacer es cambiar nuestro pensamiento (o al guía con el que hemos elegido pensar). Y este cambio no necesita de tiempo. Tal y como lo explica Jesús en “Las Leyes de la Curación,” “Toda enfermedad tiene su origen en la separación. Cuando se niega la separación, la enfermedad desaparece. Pues desaparece tan pronto como la idea que la produjo es sanada y reemplazada por la cordura” (T.26.VII.2:1,2,3).
Pero para que ocurra este cambio de mentalidad, debemos ser conscientes de lo que inconscientemente creemos acerca de la causa de la enfermedad. El Curso utiliza el término 'enfermedad' para abarcar más que los síntomas físicos --- la que estaba enferma era la mente que pensó que el cuerpo podía enfermar (T.28.II.11:7). Y de hecho, el Curso asegura que no es el cuerpo quien enferma (T.29.II.8:1,2).

Por lo que Jesús continua, “Al pecado y a la enfermedad se les considera causa y consecuencia respectivamente, en una relación que se mantiene oculta de la consciencia a fin de mantenerla excluida de la luz de la razón” (T.26.VII.2:4). Hemos creído y aceptado esta relación, la cual opera solamente porque hemos elegido creer en ella. Esto es cierto independientemente de que estemos hablando de leyes kármicas o de las 'leyes' del ego. “La culpabilidad clama por castigo, y se le concede su petición. No en la realidad, sino en el mundo de ilusiones y sombras que se erige sobre el pecado. El Hijo de Dios percibió lo que quería ver porque la percepción es un deseo colmado” (T.26.VII.3:1,2,3).

Ahora bien, para la mayoría de nosotros, nuestra inversión en el sistema de pensamiento del ego y en la identidad individual que éste otorga, nos impide de experimentar la liberación inmediata que el cambio de mentalidad nos ofrece. Y esta demora es una que el ego interpreta como que el tiempo es necesario para sanar. Pero se trata únicamente de nuestro propio miedo lo que nos impide aceptar la sanación justo ahora. La razón de nuestra resistencia y miedo se encuentra claramente señalada en la sección acerca de la sanación en el manual:

“La base fundamental de la curación es la aceptación del hecho de que la enfermedad es una decisión que la mente ha tomado a fin de lograr un propósito para el cual se vale del cuerpo... No hay ninguna forma de enfermedad que no se curase de inmediato.

¿Qué es lo único que se necesita para que este cambio de percepción tenga lugar? Simplemente esto: el reconocimiento de que la enfermedad es algo propio de la mente, y de que no tiene nada que ver con el cuerpo. ¿Qué te 'cuesta' este reconocimiento? Te cuesta el mundo que ves, pues ya nunca más te parecerá que es el mundo el que gobierna a la mente. Con este reconocimiento se le atribuye la responsabilidad a quien verdaderamente la tiene: no al mundo, sino a aquel que contempla el mundo y lo ve como no es. Pues ve únicamente lo que elige ver. Ni más ni menos. El mundo no hace nada. Pero él pensaba que le hacía algo. Él tampoco lo hace nada al mundo, ya que estaba equivocado con respecto a lo que el mundo era. En esto radica tu liberación de la culpabilidad y de la enfermedad, pues ambas son una misma cosa. Sin embargo, para aceptar esta liberación, la insignificancia del cuerpo tiene que ser una idea aceptable” (M.5.II.2:1,13; 3).

Podemos ver aquí la corrección que el Curso hace de la ley del karma ---el mundo no nos hace nada y nosotros tampoco le hacemos nada al mundo. El mundo no existe, lo único que hay es un sueño del mundo, así que no hay deuda a ser saldada, excepto en sueños.

Link al original aquí.