viernes, 14 de febrero de 2014

¿Sientes que se te está tratando injustamente?

Si no niegas lo que sientes, y te permites dudar de las razones por las que crees sufrir, se abre una puerta donde puedes elegir la paz.
No estás solo en esta empresa. El Espíritu va contigo. Pero si continúas haciendo énfasis en la aparente razón de tu sufrimiento, te estás negando la oportunidad de tomar los pequeños pasos que te llevaran a recordar que nada, salvo tu propia decisión, puede alejar la paz y la felicidad de ti.

Jesús nos explica muy claramente cómo toda ésta dinámica apuntala la realidad de la creencia en que somos distintos, unos culpables, otros inocentes:

"Alerta con la tentación de percibirte a ti mismo como que se te está tratando injustamente. Desde este punto de vista, tratas de encontrar inocencia únicamente en ti... a expensas de la culpabilidad de otro" (T-26.X.4:1,2).

La verdadera Inocencia nunca puede perderse, no importa lo que nuestra experiencia física nos diga, ni la intensidad con la que nos lo grite. ¿Cómo no vamos a sentirnos agradecidos de saber que nuestro Ser jamás ha perdido su esplendor y de que además contamos a cada instante con la Ayuda en el proceso de recordarlo?


José V. Mandé.