Pregunta# 842:
¿Es esto correcto? La única cosa que puede herirte son los pensamientos
que tienes ahora mismo. Nada externo ni en el mundo puede herirte; es
únicamente la interpretación que haces de eso lo que puede hacerte daño.
Los pensamientos en tu mente intentarán convencerte de que lo que está
sucediendo en el mundo eres tu y que te está pasando eso a ti. A la luz
de esto, ¿puedo entonces transcurrir por mi vida como un cuerpo en el
mundo con pensamientos de enfado y paranoia y en el fondo saber que nada
de ello tiene algo que ver conmigo ( a pesar de que parezca todo lo
contrario)?
Respuesta:
El mensaje central que de muchas maneras nos transmite Jesús en Un
Curso de Milagros es que únicamente nuestros pensamientos pueden
hacernos daño. “Nada, excepto mis propios pensamientos, me puede hacer
daño” es el título de la Lección 281 del libro de ejercicios de Un Curso
de Milagros, lo cual no es sino la reiteración de algo que Jesús nos ha
enseñado previamente en una lección anterior “...una vez que entiendas
que nada, salvo tus propios pensamientos, te puede hacer daño, el temor a
Dios no podrá sino desaparecer” L.196.8:3 (ver también L.75.5; L.190.5;
T.20.IV.1). Y, sin embargo, tampoco nuestros pensamientos dañinos
significan nada: Nunca hemos dejado de ser el perfecto e invulnerable
Hijo de Dios; un Padre perfecto. La imperfección de cualquier clase es
imposible en realidad.
Es
sumamente importante lo que Jesús añade a ésta enseñanza: “Puedo elegir
cambiar todos los pensamientos que me causan dolor” (L.284), lo cual
quiere decir que si pasas toda tu vida con pensamientos de ira y de
paranoia es que has elegido no cambiarlos. Observa, sin embargo, que
Jesús no te está diciendo que “Tienes que elegir...” sino simplemente
que “Puedes elegir...” Es seguro que éstos pensamientos vienen de tu ego
y no de tu verdadero ser, pero dichos pensamientos no estarían ahí a
menos que tu tuvieras una razón para no dejarlos ir. Esto es algo que no
debe ser ignorado dada la astucia que demuestra el ego para sustentar
su presencia. Debido a que nuestras mentes están divididas, podemos ser
conscientes de pensamientos de juicio y condena cargados terriblemente
de odio y sin embargo, saber que no tienen nada que ver con lo que en
realidad somos. Pero si no te encuentras experimentando a tu verdadero
ser de mentalidad recta, entonces, ya que eres una mente que toma
decisiones, tienes que haber elegido identificarte en su lugar con tu
ser de mentalidad errada. Como mentes, podemos observar nuestros
pensamientos de ego, lo cual es exactamente lo que Jesús nos insta que
hagamos; pero el objetivo de toda esa observación es poder llevarnos al
punto donde podamos tomar el próximo paso con Jesús y darnos cuenta de
que la decisión de abrigar esos pensamientos es la decisión de no estar
en paz.
Por lo
tanto, asegúrate de que tu ego no se cuela por las rendijas de la puerta
trasera cuando pongas en práctica este principio. Recordando el viejo
dicho de que el diablo puede citar las Escrituras para sus propios
fines, podemos decir algo similar acerca del Curso: el ego puede usar
las enseñanzas de Jesús en el Curso como un medio de sustentarse a sí
mismo.(T.5.VI.4) .
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