miércoles, 6 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: ¿Es cierto que lo único que puede hacerme daño es mi interpretación del mundo?

Pregunta# 842: ¿Es esto correcto? La única cosa que puede herirte son los pensamientos que tienes ahora mismo. Nada externo ni en el mundo puede herirte; es únicamente la interpretación que haces de eso lo que puede hacerte daño. Los pensamientos en tu mente intentarán convencerte de que lo que está sucediendo en el mundo eres tu y que te está pasando eso a ti. A la luz de esto, ¿puedo entonces transcurrir por mi vida como un cuerpo en el mundo con pensamientos de enfado y paranoia y en el fondo saber que nada de ello tiene algo que ver conmigo ( a pesar de que parezca todo lo contrario)?

Respuesta: El mensaje central que de muchas maneras nos transmite Jesús en Un Curso de Milagros es que únicamente nuestros pensamientos pueden hacernos daño. “Nada, excepto mis propios pensamientos, me puede hacer daño” es el título de la Lección 281 del libro de ejercicios de Un Curso de Milagros, lo cual no es sino la reiteración de algo que Jesús nos ha enseñado previamente en una lección anterior “...una vez que entiendas que nada, salvo tus propios pensamientos, te puede hacer daño, el temor a Dios no podrá sino desaparecer” L.196.8:3 (ver también L.75.5; L.190.5; T.20.IV.1). Y, sin embargo, tampoco nuestros pensamientos dañinos significan nada: Nunca hemos dejado de ser el perfecto e invulnerable Hijo de Dios; un Padre perfecto. La imperfección de cualquier clase es imposible en realidad.

Es sumamente importante lo que Jesús añade a ésta enseñanza: “Puedo elegir cambiar todos los pensamientos que me causan dolor” (L.284), lo cual quiere decir que si pasas toda tu vida  con pensamientos de ira y de paranoia es que has elegido no cambiarlos. Observa, sin embargo, que Jesús no te está diciendo que “Tienes que elegir...” sino simplemente que “Puedes elegir...” Es seguro que éstos pensamientos vienen de tu ego y no de tu verdadero ser, pero dichos pensamientos no estarían ahí a menos que tu tuvieras una razón para no dejarlos ir. Esto es algo que no debe ser ignorado dada la astucia que demuestra el ego para sustentar su presencia. Debido a que nuestras mentes están divididas, podemos ser conscientes de pensamientos de juicio y condena cargados terriblemente de odio y sin embargo, saber que no tienen nada que ver con lo que en realidad somos. Pero si no te encuentras experimentando a tu verdadero ser de mentalidad recta, entonces, ya que eres una mente que toma decisiones, tienes que haber elegido identificarte en su lugar  con tu ser de mentalidad errada. Como mentes, podemos observar nuestros pensamientos de ego, lo cual es exactamente lo que Jesús nos insta que hagamos; pero el objetivo de toda esa observación es poder llevarnos al punto donde podamos tomar el próximo paso con Jesús y darnos cuenta de que la decisión de abrigar esos pensamientos es la decisión de no estar en paz.
Por lo tanto, asegúrate de que tu ego no se cuela por las rendijas de la puerta trasera cuando pongas en práctica este principio. Recordando el viejo dicho de que el diablo puede citar las Escrituras para  sus propios fines, podemos decir algo similar acerca del Curso: el ego puede usar las enseñanzas de Jesús en el Curso como un medio de sustentarse a sí mismo.(T.5.VI.4) .

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