miércoles, 6 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: Lidiar con el vacío interno y carencia de paz

Pregunta#470: En tu respuesta a la pregunta #231, argumentas muy adecuadamente: “Estamos avocados a llenar el vacío dejado por nuestra aparente separación de Dios con toda clase de sustitutos de Su Amor que nunca nos satisfarán de verdad.” Aunque intelectualmente puedo aceptar esto por completo, algunas veces llego a experimentar este vacío a tal extremo y con un dolor psicológico tan intenso que casi me hace sentir enfermo físicamente. A veces el ego intenta que yo me compense mediante tonterías como el exceso de consumo (por ejemplo, música, comida, aprendizaje etc.), casi al punto de la codicia. Cómo hago para llenar este agujero negro (que ni siquiera está ahí) con Su Amor? El decir que no hay agujero no hace desaparecer la ilusión. Aunque Jesús enseña que el Amor de Dios es todo lo que soy, la ilusión del vacío está presente, y yo no me encuentro en paz. Debería simplemente aceptar que Dios me acepta donde yo estoy dándome la bienvenida? O simplemente me estoy tomando todo esto demasiado en serio ya que después de todo no hay nada real en este mundo?


Respuesta: El dolor de la profunda sensación de vacío que describes es el resultado inevitable al elegir la separación y se encuentra presente, en alguna manera, en el corazón de cada forma separada. Puede encontrarse camuflado, anestesiado temporalmente o reprimido, pero es en realidad la fuerza motora detrás de cada búsqueda de alivio y de placer en el especialismo. Tu consciencia acerca de esto es un paso importante en el proceso de deshacer la creencia en la separación y de aprender a identificarte con el amoroso Ser que se encuentra igualmente presente en todos.

Estás en lo cierto cuando comentas que cuando te encuentras en las garras de la agonía de la separación, no es reconfortante que simplemente sepamos que el vacío en realidad no existe. Muchos estarán de acuerdo contigo en esto. No hay nada que puedas hacer para llenar ese vacío porque no puede ser llenado. No existe substituto para nuestra verdadera Identidad, porque no puede haber un opuesto a la verdad. Cuando se niega esto, lo que queda es la nada; este es el vacío. La única manera de sanar el dolor de la separación es no eligiéndola. Únicamente esto puede obliterar la experiencia del vacío y esto se logra mediante el perdón: “El perdón es la sanación de la percepción de la separación” (T.3.V.9:1).

Reconocer el dolor y su verdadera fuente es un buen comienzo. Tomar la responsabilidad de haber elegido la separación en alguna de las formas del especialismo es otro paso importante. Un Curso de Milagros no nos está enseñando a llenar el vacío, sólo a practicar el perdón. La respuesta a tu pregunta puede encontrarse en las preguntas que Jesús nos hace: “ Cuán dispuesto estás a perdonar a tu hermano? Hasta qué punto deseas la paz en lugar de los conflictos interminables, el sufrimiento y el dolor? Estas preguntas son en realidad la misma pregunta, aunque formuladas de manera diferente. En el perdón reside tu paz, pues en él radica el fin de la separación y del sueño de peligro y destrucción, de pecado y muerte, de locura y asesinato, así como de aflicción y pérdida. (T.29.VI.1:1,2,3,4).

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